Entrevista Lorenzo Gazmuri, presidente de Icare y director de Copec

“Al término de este año el 35% de los buses del Transantiago en la región metropolitana serán eléctricos”.

En Chile la electromovilidad se está impulsando desde la política pública. Y a partir de 2017 se han levantado estrategias de movilidad eléctrica a nivel multisectorial para transformar el parque vehicular. El ejecutivo y experto en este tema sostiene: “Proyectamos que para el año 2030, el 27% de los autos que se vendan serán eléctricos”.

Lorenzo Gazmuri, habla con voz entusiasmada sobre electromovilidad. Considerado un gurú en esta materia, en entrevista con LEÓN Servicio Automotriz, el ex Vicepresidente Ejecutivo de Copec, presidente de Icare y director de Copec, Terpel y Mapco, se refiere al futuro de la electromovilidad en Chile. “Proyectamos que para el año 2030, el 27% de los autos que se vendan serán eléctricos y en torno al 5% del parque automotriz lo será. Hay que considerar que, en un mercado cercano a los cinco millones de automóviles, donde anualmente se renuevan cerca de 300.000 vehículos, ese 27% significaría una cifra cercana a los 80.000 automóviles nuevos eléctricos para 2030. Esto puede cambiar, pero lo probable es que si ello ocurre sea sólo para acelerar la tendencia”, comenta.

Asimismo, el ingeniero eléctrico de la universidad de Chile sostiene, que, respecto a los vehículos livianos, automóviles, el mercado se está moviendo “aceleradamente”. “Empresas como Copec estamos liderando la transformación; disponibilizando cargadores, tanto en el entorno urbano, en los hogares, como en las carreteras. A su vez, claramente el costo de operación de un vehículo eléctrico es significativamente menor que su equivalente tradicional. De modo que esta transformación ya se inició y se va a acelerar”, explica.

A su juicio, ¿Cuál es el principal objetivo de la electromovilidad?

 Nadie desconoce el esfuerzo que durante años ha desarrollado la industria automotriz para reducir las emisiones. Y en ello hay logros muy importantes. Pero ahora el desafío es de otra magnitud. Enfrentamos uno medioambiental de un significado único y civilizatorio. Si no somos capaces de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la humanidad estará en serio riesgo. Entre ellos los más importantes son el CO2 y el metano. Del CO2, que se emite en la actualidad, el 30% viene del transporte, tanto de automóviles como de vehículos pesados.

Y añade: “Lo que está empujando la electromovilidad es el desafío planetario de reducir, e incluso eliminar, las emisiones de CO2 donde la movilidad tiene un tremendo impacto. Y lo que está viabilizando este cambio es fundamentalmente la sostenida caída en el costo de las baterías. El 50% del costo de un automóvil eléctrico está en las baterías y dicho costo ha caído un 12% real anual promedio en los últimos 10 años”. 

¿Cómo visualiza el escenario para el transporte público y pesado en la electromovilidad?

En el mercado de vehículos pesados, camiones, la realidad es otra. Es probable que el futuro sea mixto; camiones urbanos eléctricos, pero de largo alcance con hidrógeno verde o todavía utilizando petróleo diésel. Si analizamos el transporte público urbano, la tendencia a la electromovilidad es aún más acelerada. Al término de este año el 35% de los buses de Transantiago en la región metropolitana serán eléctricos.

¿Y en cuanto al crecimiento de la red de carga pública? 

En el uso urbano, el 80% de los días el auto promedio no recorre más de 80 km, lo cual puede ser cubierto con un carguío lento domiciliario. De esta forma, sólo en el 20% restante de los días se usarán cargadores públicos o en estaciones de servicio. En lo que respecta a carreteras la realidad es diferente. Veremos que las redes de estas estaciones irán disponibilizando cargadores rápidos que abastezcan las demandas de mayor autonomía.

Considerando que el impulso de la electromovilidad trae consigo una disminución en los tiempos del transporte público y una reducción de emisiones contaminantes ¿Cuál sería el principal aporte de los autos eléctricos en materia de sustentabilidad?

Un auto eléctrico es tan limpio, desde el punto de vista medioambiental, como la matriz energética que lo alimenta. Simultáneamente, esta matriz chilena se está transformando por la irrupción de las energías no convencionales, básicamente solar y eólica. De modo que el reemplazo de una automóvil tradicional, por uno eléctrico, produce una disminución muy significativa de las emisiones de CO2.

Y añade: “El factor negativo, que hasta hace algunos años se asociaba a los auto eléctricos, era el efecto ambiental de la disposición de las baterías al término de su vida útil. Eso se ha mitigado muchísimo pues esas baterías, que ya cumplieron su función en el mercado automotriz, hoy se integran a soluciones de baterías industriales donde la exigencia de carga y descarga es mucho menor. De esta forma el auto eléctrico tiene una huella de carbono muchísimo menor que la de un auto tradicional. Esto, incluso, si miramos todo el proceso de producirlo y de desecharlo al término de su vida útil. Debemos asumir que se trata de tecnologías que llegaron para quedarse y con los años estas tendencias se irán acelerando”.